LOS ORICHAS EN AFRICA

UNA APROXIMACION A NUESTRA IDENTIDAD
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Capítulo Primero

Concepto yorubá de la Creación
Ifá dice que:
Dos ojos y un destino fueron los testigos de todo lo creado.
Odu de Ifá Babá Eyiogbe
Lo primitivo
El desarrollo del pensamiento humano, muestra que cada pueblo tiene sus propias concepciones acerca de
la Creación y la forma en que se pobló la Tierra. El sistema filosófico literario de Ifá no es una excepción.
Entre los tradicionalistas yorubá existen sacerdotes de Ifá especializados en todos los asuntos de la vida en
el Cielo y en la Tierra. Ellos han logrado mantener en la memoria de su pueblo los más antiguos conoci-
mientos referidos al principio del tiempo. Los sacerdotes yorubá son los portadores y guardianes de la
memoria colectiva de ese pueblo; memoria conservada hasta hoy admirablemente mediante la tradición
oral.
El pasaje que aparece a continuación narra la leyenda de la Creación. En este pasaje los yorubá reconocen
el preámbulo de la existencia y establecen el lugar que ocupan en el sistema planetario los dos conceptos
primordiales que, con una amplia gama de matices, distinguen al hombre por antonomasia: el bien y el
mal.
La oscuridad total, lo Primitivo; el reino de Echu.
Una capa translúcida encima de la oscuridad era el enclave que contenía los cimientos de una existencia
que sobrevendría.
Dentro del enclave transparente existía el núcleo de luz, aire, agua, espacio, morada y reino de Olodduma-
re [Dios].
En la plenitud de los tiempos, Oloddumare ordenó a la luz que brotara pronunciando: o no yoo y de esa
forma Él iluminó la totalidad de lo Primitivo. Toda la oscuridad del reino de Echu fue iluminada, él le-
vantó la cabeza para indagar.
- ¿Quién eres?
Y de la luz brotó una voz:
- Yo soy Oloddumare, la oscuridad que nos rodea no proporciona la base para la plenitud de la existencia.
Por esa razón yo creé la luz, para que la vida pueda florecer y embellecer.
Echu le respondió:
- Yo poseía la inmensa mayoría del espacio, esta era toda oscuridad excepto la parte ínfima que usted ocu-
paba. Acepto que la oscuridad no conduce al desarrollo orgánico de la vida [esto explica por qué Echu no
tiene capacidades creativas], sin embargo prometo moverme libremente bajo la brillantez de la luz.
A lo cual Oloddumare accedió y acto seguido Oloddumare continuó con su labor creadora: plantas, anima-
les y divinidades se multiplicaban. Echu aprovechó esa oportunidad única para dictar sus famosas procla-
maciones:
11
- Cualquier tipo de vegetación que florezca bajo el brillo de luz, se convertirá en mi terreno de labor y
cualquier ser que se cree en la inmensidad del espacio, se convertirá en mi sirviente y asistente.
Este hecho marcó el comienzo de la competencia entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad, lo diáfano y
lo confuso, la verdad y la falsedad, la guerra y la paz, la vida y la muerte, así como el antagonismo: Olod-
dumare/Echu. 30
Oloddumare es el Creador, a quien se le debe subordinación por su eterna grandeza. El Todopoderoso es
reconocido por diferentes acepciones que expresan siempre el reconocimiento a la energía primaria, al
poder vital en una forma absoluta y a la gran fuerza de todas las cosas. Estos términos se resumen en el
vocablo: aché, concepto que también identifica a Oloddumare, aunque Echu interacciona por su relación
con el equilibrio dinámico de nuestra existencia.
Aché es la fuerza sobrenatural usada por Oloddumare para crear al Universo […] fue originalmente una
extremidad o protuberancia o expresión verbal que venía de Oloddumare y que más tarde se concretó en
un tarro de animal y cuyas copias fueron dadas a Orichanlá, Echu y a algunas otras divinidades, que en-
tonces fueron capaces de efectuar muy buenas obras.
[…] Oloddumare dio lo que llamamos aché a ambas partes en cualquier problema […] Cuando se habla de
algo “bueno” se presupone que se conoce el lado “malo”, donde no exista lo bueno tampoco habrá lo malo
[…] 31
El mito yorubá presenta el mundo generado por dos fuerzas: una de expansión, identificada con la luz, de
carácter masculino; y la otra de contracción, identificada con la oscuridad, de carácter femenino. Estas
fuerzas establecen un equilibrio, una no puede anular a la otra. Este principio se refleja en la práctica
cuando el sacerdote de Ifá consulta al oráculo, traza unas marcas en la bandeja de adivinación 32 de Ifá, que
siempre serán de nones o pares, hasta que se logra la figura del odu de Ifá, el cual expresa la predicción o
augurio.
Estas fuerzas provienen de un lugar mítico conocido por los yorubá como la casa de la luz, donde habita
una sustancia invisible que transforma la potencia espiritual en una realidad física, que unidas logran un
equilibrio perfecto en el amanecer y el atardecer de la vida. Esta fuerza que se mueve entre la luz y la os-
curidad, tiene una doble naturaleza, positiva y negativa; cuando estas dos fuerzas se unen originan una
tercera, perfecta en sí misma, denominada aché, en él se funden los cuatro elementos primordiales que
forman el agente mágico universal: el aire, el agua, la tierra y el fuego. Esta fusión es capaz de generar una
nueva vida o existencia que estará avalada por un oricha, el cual posee las energías necesarias del princi-
pio de la existencia, el principio de la realización y el principio que determina la orientación de la cosas,
por eso la fuerza o el oricha que influye en la formación de la nueva vida es el ángel de la guarda 33 de la
persona.
Los elementos naturales primarios de la Creación están representados en las ceremonias de este culto, por
ejemplo:
30 Citado por C. Osamaro Ibie en: Ifism the complete work of Orunmila, «The odus of Ejiogbe», vol. 2.
31 Entrevista realizada por Ivor Miller a Wande Abimbola: ob. cit.
32 Atributo que forma parte de la parafernalia de Ifá también conocida como tablero de Ifá (opon, ate o akparo); es generalmente
de madera y redonda. El sacerdote de Ifá la emplea para imprimir las marcas sagradas de Ifá.
33 Ángel de la guarda: Es la divinidad que guía e instruye al hombre para la vida en la Tierra, según los deseos que este pidió en el
Cielo ante Oloddumare. El papel más importante del ángel de la guarda es interceder por «su hijo» o custodiado ante los poderes
superiores para que influyan beneficiosamente en el desarrollo de sus actividades diarias. El recurso que emplea para dicho agasa-
jo es el sacrificio que realiza el individuo, por eso se plantea que el ángel de la guarda, salvo raras excepciones, no pide nada para si...
                                                                     PRECIO: 2 US$

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